Hay personas que llegan a tu vida para desordenar.
Pero también hay otras que se dedican a ayudar a reconstruir lo que otros rompieron.
Esas que te devuelven la ilusión, y sin darse cuenta te demuestran que todo puede ser posible.
Que se puede volver a confiar, que te regalan la paz que otros se llevaron. Que llenan los huecos y encajan las piezas separadas.
Personas que ayudan a sacar de ti una versión que desconocías. Una mejor, más libre y más segura.
Llegan de repente y traen consigo nuevas sonrisas, nuevas ganas, nuevas formas de ver la vida. Nuevos inicios.
Enseñándote que siempre hay luz al final de todo.
Y es que a veces esa "luz" tiene nombre y apellidos.